En la temporada de invierno, los conductores se enfrentan a diferentes condiciones climatológicas que producen situaciones estresantes e imprevisibles. Hay que tener especial cuidado con la niebla, ya que puede llegar a provocar ciertos riesgos como pérdida de visión y capacidad de reacción o un mayor aumento de la distancia de frenado. ¿Habrá una curva?, ¿puedo adelantar sin problema?, ¿qué me puedo encontrar? Todas estas preguntas pueden provocar una situación estresante para el conductor.
La niebla provoca el riesgo de fatiga. Conducir 30 minutos con niebla equivalen a 2 horas de conducción en condiciones normales, debido al sobreesfuerzo de nuestro sistema visual y por esa fijación constante a la hora de vivir esa posible situación de riesgo.
Desde TDRJOBS queremos darte una serie de recomendaciones para combatir ese riesgo de la conducción con niebla. Para ello, antes de iniciar un viaje, reduce el estrés. Pregúntate si el desplazamiento es necesario y en ese caso hazlo de forma segura.
Comprueba y revisa tu vehículo. Limpia tu parabrisas, los cristales y los retrovisores. Además, revisa los neumáticos, el sistema antivaho y el funcionamiento de luces.
Organiza tu viaje comprobando la situación meteorológica, adaptando tu jornada en horas y kilómetros, planificando descansos y teniendo en cuenta los posibles retrasos.
Mantén la distancia de seguridad de 4 segundos. Si tenemos una capacidad de reacción de 1 segundo en condiciones normales, con niebla tardamos más, es decir, hay que sumarle el tiempo para recoger la información, decidir y por último actuar. Además, si el suelo está mojado, la distancia de seguridad se puede duplicar o incluso triplicar debido a las najas temperaturas y en consecuencia el hielo.
Utiliza las luces de forma eficiente y segura. Las luces antiniebla se usarán cuando la visibilidad sea inferior a 200 metros, en caso de duda, ponlas. En cambio, no recomendamos usar las luces largas ya que provocan un efecto espejo y deslumbrante.
Realiza descansos y paradas con frecuencia. Con niebla te recomendamos que aumentes la frecuencia y duración de tus descansos, para cada hora y descansa un mínimo de 15 minutos, para así evitar la fatiga que conlleva tomar decisiones lentas.
Para adaptar la velocidad a la distancia visible, céntrate en un punto fijo, fíjate en la velocidad que llevas y cuenta los segundos que tardas en llegar a ese punto. Aplica la fórmula de esa imagen y sabrás tu alcance visual. En función de eso, la velocidad segura será la que te permita parar en esa distancia.
Si no tienes una buena referencia mientras conduces con niebla, como pueden ser otros vehículos o señales reflectantes, guíate por las líneas de la carretera, siempre con mucha atención y precaución, podría haber algún vehículo parado en le arcén.
Por último, en caso de avería, párate fuera de la calzada y si no es posible, fuera del alcance del tráfico. Siempre con tu chaleco puesto, baja por la derecha, anda por fuera de la calzada y señaliza, siempre que la niebla lo permita, de forma segura a 50 metros del vehículo y a 100 visibles. Quédate en un lugar seguro y no olvides llamar al 112 si la situación es muy peligrosa.